Comenzaré por recordar el tremendo esfuerzo de quienes los gestionan a favor de los animales allí albergados. Un trabajo que demuestra su magnífica voluntad. Ciertamente consiguen salvar la vida de estos animales.
Sin embargo no resuelven el problema de los animales abandonados, y ni mucho menos hacen que la gente desista de abandonarlos. Muy al contrario, quien siente la necesidad de desprenderse de un animal, el conocer la existencia de refugios y protectoras le ayuda a desprenderse con más facilidad, ya que sabe que ellos se harán cargo y mimarán a su mascota.
Es decir, que la existencia de refugios y perreras, no solo no contribuye a acabar con el abandono, sino que de algún modo da facilidades. Crea la falsa expectativa de que el animal estará igual de bien que en casa, será cuidado y hasta le encontrarán un nuevo hogar. Y hasta es cierto en un limitado número de casos. Pero a la gran mayoría de animales abandonados no les habrá resuelto su problema, sino que incluso se lo habrá acelerado.
En España hay perreras y Sociedades protectoras desde principios del siglo XX, y tras cien años de recogida de animales, no solo no se ha acabado con el fenómeno del abandono, sino que se ha incrementado. La diferencia con las entidades europeas, es que allí se han hecho campañas contra el abandono, que por cierto no consisten en decir no lo abandones, sino en conseguir regular la cría, el comercio, la identificación, la tenencia, etc, etc.
Claro esta, que los fondos se los llevan quienes recogen animales. Los refugios y protectoras suelen gozar del favor de la ciudadanía porque están convencidos de que gracias a ellos se salvan los animalicos. Y cuando los recursos escasean buscan la fibra sensible del ciudadano o incluso la velada baza psicológica del chantaje emocional “sino los sacrificaran”.
Todo ello es muy cierto, pero refugios y protectoras no han resuelto el problema en cien años de existencia sino más bien llevan camino de perpetuarlo, porque lo que de verdad hace falta es ir a las causas y no a las consecuencias.
Por no hablar de las dificultades endémicas por las que pasan las protectoras, y los cierres traumáticos con sacrificios masivos. Da que pensar.
1 comentario:
¿Y qué alternativa es la que promueves? Porque las esterilizaciones masivas tampoco resuelven este problema.
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