EL CONSUMO DE CARNE DEBERÍA MENGUAR UN 10% PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO


El consumo mundial de carne, que en los países ricos casi quintuplica el de los menos desarrollados, debería reducirse un 10 por ciento de aquí al 2050 para frenar las emisiones de gases causantes del efecto invernadero generadas por el sector ganadero, según un informe publicado en The Lancet.Sustituir el automóvil particular por el transporte público, reciclar los desechos y reducir el consumo energético son algunas de las medidas al alcance de los ciudadanos para combatir el cambio climático, pero no las únicas, dice el artículo publicado en la revista científica británica.
El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero que el transporte, al contaminar aguas, propiciar la deforestación para pastos y, sobre todo, por la polución causada por los desechos animales, los antibióticos y las hormonas, los fertilizantes y los pesticidas para fumigar los cultivos forrajeros, entre otros factores.

En un momento en el que la ganadería genera el 18 por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero, científicos australianos y británicos sostienen que el consumo de carne diaria, actualmente situado en unos 101 gramos de media mundial, debería limitarse a 90 gramos, peso equivalente al de una hamburguesa.

Sólo con esta reducción, que deberían aplicar en su mayoría los países ricos, podría frenarse el impacto que la ganadería tiene en las emisiones contaminantes de aquí a mitad de siglo, al tiempo que limitaría los riesgos para la salud asociados a un alto consumo de carne roja.
Actualmente, la cantidad de carne ingerida en los países desarrollados es de 224 gramos, mientras en los países en vías de desarrollo el consumo cae hasta los 47 gramos.
Dirigido por los profesores Tony McMichael y John Powles, de la Universidad Nacional de Australia y la Universidad de Cambridge, respectivamente, el informe destaca que la actividad agrícola, en especial la ganadería, genera una quinta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Un segundo estudio también publicado en The Lancet, que dedica un número entero a la energía y la salud, hace hincapié en que, dado que dos mil millones de personas en el mundo sufren problemas de salud por no poder acceder a energías limpias, es necesaria una distribución más equilibrada en el acceso a estos recursos."Es necesario que en los países de bajos ingresos se desarrollen tecnologías para reducir la contaminación", afirmó Paul Wilkinson, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, en la presentación del informe en Londres.
En un momento en el que 1,6 millones de personas mueren de forma prematura a causa de los combustibles utilizados en los hogares y otros 0,8 millones por la polución de las ciudades, el desafío es dotar de energías limpias a los países pobres para impulsar su desarrollo, además de reducir las emisiones que originan el cambio climático en todo el mundo.

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