Otro año más la Diputación Provincial de Zaragoza dilapida los recursos de todos en fiestas cruentas con animales.
Una institución anacrónica, a la que nadie ha votado, y sin más funciones que la de colocar a los afines a los partidos, cuyo buque insignia es la plaza de torturas de de Zaragoza, llamada para más inrri La Misericordia.
Durante las fiestas del Pilar seis toros serán torturados hasta la muerte cada tarde, así como otras ingeniosas barrabasadas como toros embolados, vaquillas…
Y por si fuera poco, todos los alcaldes de la provincia, sus familias y numerosos concejales están invitados, no solo a estos horrendos espectáculos, sino a los copiosos ágapes que les brinda en los reservados de la plaza el presidente de la DPZ, el socialista Javier Lamban.
Una política rastrera y que en nada beneficia al ciudadano, ni a la crisis económica, ni al desarrollo de la provincia. Y además con la ventaja de que no podemos dejar de votarles, porque es una institución no elegida por el pueblo.
Pero un año más, los ciudadanos de a pie nos revelamos contra esta política de pan y circo, contra esos partidos que nos gobiernan y contra los que consienten estas masacres de inocentes animales por pura diversión.
Un año más nos manifestaremos ante la plaza (o donde la autoridad "democrática" tenga a bien escondernos). Cada año somos más y aunque los también muy "demócratas" medios de desinformación nos ignoren, allí estaremos miles de personas para clamar por una Zaragoza antitaurina.
Una institución anacrónica, a la que nadie ha votado, y sin más funciones que la de colocar a los afines a los partidos, cuyo buque insignia es la plaza de torturas de de Zaragoza, llamada para más inrri La Misericordia.
Durante las fiestas del Pilar seis toros serán torturados hasta la muerte cada tarde, así como otras ingeniosas barrabasadas como toros embolados, vaquillas…
Y por si fuera poco, todos los alcaldes de la provincia, sus familias y numerosos concejales están invitados, no solo a estos horrendos espectáculos, sino a los copiosos ágapes que les brinda en los reservados de la plaza el presidente de la DPZ, el socialista Javier Lamban.
Una política rastrera y que en nada beneficia al ciudadano, ni a la crisis económica, ni al desarrollo de la provincia. Y además con la ventaja de que no podemos dejar de votarles, porque es una institución no elegida por el pueblo.
Pero un año más, los ciudadanos de a pie nos revelamos contra esta política de pan y circo, contra esos partidos que nos gobiernan y contra los que consienten estas masacres de inocentes animales por pura diversión.
Un año más nos manifestaremos ante la plaza (o donde la autoridad "democrática" tenga a bien escondernos). Cada año somos más y aunque los también muy "demócratas" medios de desinformación nos ignoren, allí estaremos miles de personas para clamar por una Zaragoza antitaurina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario